Con motivo del Día Internacional del Autobús Volkswagen, celebrado el pasado 2 de junio en Hannover, los expertos del departamento de Vehículos Clásicos de Volkswagen Vehículos Comerciales han vuelto a descubrir una joya histórica única: el Bulli rail bus de 1955. También conocido como Klv-20, este vehículo es una increíble mezcla de tren y autobús VW: un auténtico autobús ferroviario que circula sobre raíles.
A mediados de los años 50, la empresa de Ferrocarriles Federales Alemanes necesitaba adquirir nuevos vehículos de servicio compactos y optaron por combinar el versátil Volkswagen Transporter con motor de combustión interna y un chasis ferroviario. En total, las empresas Martin Beilhack y Waggon- und Maschinenbau crearon 15 Bullis ferroviarios que se utilizaban principalmente en los depósitos de mantenimiento de vías y señales para realizar viajes de inspección y reparación. Y estuvieron en servicio durante un tiempo considerable: no fue hasta la década de 1970 cuando se retiraron en su mayor parte.
Capaz de girar sobre sí mismo en las vías
La espectacular unidad que se ha incorporado ahora a la colección del departamento Oldtimer de Volkswagen Vehículos Comerciales consta esencialmente de tres componentes: la carrocería de una furgoneta T1 Kombi barndoor, un motor industrial Volkswagen de 21 kW/28 CV y un chasis con un mecanismo hidráulico de elevación y giro, con una plataforma giratoria que se apoya firmemente en las cabezas de los raíles. Esta fue una de las grandes innovaciones del Bulli ferroviario: tan solo accionando una bomba manual, una sola persona podía levantar, girar y devolver a los raíles el Klv-20 sin esfuerzo. Ya no era necesario tener que volver al punto de partida marcha atrás.
La carrocería característica del Bulli fue modificada para adaptarse a la normativa sobre vehículos ferroviarios auxiliares. Se retiraron las luces delanteras y traseras y se cubrieron estas zonas con paneles metálicos. A continuación, se instalaron en una posición más elevada, a la altura del parabrisas, como las luces estándar estipuladas para los vehículos ferroviarios: dos luces blancas en la parte delantera y una luz roja en la parte trasera.
Otras particularidades son que el vehículo carece de espejo retrovisor y de volante, algo que no sorprenderá a los aficionados a los trenes, pero que resulta totalmente desconocido para los fans del Bulli.
La caja de cambios manual tiene cuatro marchas y una marcha atrás. Las ruedas son de acero y tienen un diámetro de 550 mm. Entre la llanta y el núcleo de la rueda hay instalados elementos de goma que amortiguan muy eficazmente el ruido del vehículo.
Un Bulli como ningún otro
Tobias Twele, veterano del departamento de Volkswagen Vehículos Comerciales, describe así cómo ha sido la experiencia de restaurar el Bulli ferroviario: “Para nuestro equipo ha sido una experiencia conmovedora volver a poner en servicio el Klv-20. No hay muchas versiones del Bulli que no hayamos visto o conducido, pero este autobús ferroviario es nuevo para nosotros”.
El reestreno del Klv-20 sobre los raíles ha sido inolvidable para Twele: “Fue un momento muy emotivo para todos cuando atravesamos el viaducto de 24 metros de altura con el equipo por primera vez. En total, en este primer viaje recorrimos más de 32 kilómetros por las vías, de los cuales cinco kilómetros fueron por túneles, y subimos 154 metros. Cruzamos innumerables veces el impresionante viaducto de Lengenfeld, de 244 metros de longitud”.